Cuando las cosas no son como deberían...

El sábado se presentó en la Ciudad de Villahermosa la obra de teatro "Tiro de gracia", escrita por el dramaturgo mexicano Sergio Zurita.
Fue justamente el año pasado que supé quién era este señor, me gusta su sentido del humor un poco ácido, algo sarcástico, pedante y eso sí, no tiene pelos en la lengua.
Grande fue mi sorpresa cuando supe que se dedicaba a escribir obras de teatro, pues el hecho de crear historias para ser representadas en tiempo real y frente a un público que cada día debe ser más exigente, no es nada fácil.
La admiración por Zurita se desarrolló a lo largo de estos meses, gracias a que escuchaba diario su podcast del programa DISPARA MARGOT, DISPARA...
Pues bien, la razón, la única y verdadera razón por la que asistí para ver esta obra fue por haber sido escrita por Sergio Zurita, así...sin más, por muy poco lógico que suene, pero bueno...¿Cuándo he sido lógica?

El caso es que ya estando en el teatro, el más grande del estado, tuvimos que ubicar nustros asientos, eso sí, me encargué q los lugares fueran los mejores ya que si Sergio salía al final de la obra quería verlo muy, pero muy de cerca. Un par de señoritas trataron de convencernos de que les cambiáramos el lugar ya q ellas iban a estar separadas durante el tiempo que durara Tiro de gracia, y ¿cómo? ¿Cómo podría ser eso posible? Son, seguramente, tan buenas amigas que una hora y media estando lejos una de la otra quizá les restaría tiempo de vida y  la verdad es que la sola idea no tenía cabida en la cabeza de...nadie.
Ellas mismas se dieron cuenta que era algo tonto cambiarnos los asientos, por lo que claudicaron de sus intentos...Una de ellas, muy bien arreglada, me hizo pensar que era una de tantas mujeres "fresas" como les llamamos y por qué no hasta sangrona, q se cree de la gran elite tabasqueña...
Primera llamada...primera
Segunda llamada, segunda
Tercera llamada ...¡Comenzamos!

Justo cuando apagaron las luces, ya cuando Adal Ramones, uno d los dos protagonistas estaba en el escenario, a la Srita se le ocurrió volver a tratar el tema de los cambios de asientos y por qué no, lograrlo por fin.
Ahí no terminó la cosa, se puso peor cuando encendieron las luces y ella pudo ver al Señor Ramones... comenzó a gritarle, sí... le gritó: "Adal Ramones, te amo"

Discúlpame amiga, qué esperabas? Que Adal detuviera la obra, nada más para responderte con su amor?... Teníamos todos q enterarnos de tu enamoramiento?... No crees q fue un poco TONTO, NACO, FALTO DE EDUCACIÓN?

Es una verguenza, esto...y que los años de experiencia que respaldan a un actor como Juan Carlos Colombo (Todo el poder, La ley de Herodes, Cilantro y perejil, Sin remitente, Cronos entre MUCHAS OTRAS PELÍCULAS MÁS) sean absolutamente nulos al compartir escena con un conductor q tiene una "chispa", misma que YO NO LE ENCUENTRO POR NINGÚN LADO PERO NO ME EXPLICO POR QUÉ GUSTA TANTO?

La mayor parte del público asistió por Adal Ramones, Sergio Zurita debió haber sabido muy bien q él jalaría mucha gente y su obra sería conocida... El problema es que la actuación de Ramones q si bien no es mala, le falta mucho...muchísimo y sobre todo a lado de un SEÑOR ACTOR como lo es Juan Carlos Colombo.
Qué pena de verdad que tantos años de trabajo sean ignorados y peor aún, intenten ser opacados por las bromas de una persona que en verdad, no le encuentro ningún punto a favor.
La obra es buena, juega con la mentalidad del espectador, al final te deja una duda que divide al público debido a sus conclusiones... Es cómica, los primeros minutos de ella, cuando Adal Ramones está completamente solo, debo confesar q es como si estuviera escuchando hablar a Sergio Zurita, solo que muchos centímetros más abajo y en una tonalidad más tostada.
Hay partes en las que falta pulir a Ramones, estoy segura que hace su mejor esfuerzo, pero quizá...quizá podría dar más.

En fin, qué barbaridad que estos espectáculos lleguen por fin a la ciudad y no podamos aprovecharlo, sacarle jugo a las actuaciones verdaderas y olvidar un poco los espejitos que nos siguen vendiendo.

He dicho.