Escucho "Superstar" de los hermanos Carpenter. Dice mi mamá que mi nombre, Karen, es en gran parte por ella... Pero también porque en un inexplicable arranque de ira decidió que no sería Odalis, o como quieran ustedes escribirlo, aún cuando fue el que junto con mi padre ( después de mucha insistencia de éste) había decidido.
Ese gran interés por llamarme así, le hizo creer que quizá en otras tierras había alguien "más" bajo ese nombre y lo odió por completo.
Karen Carpenter y su hermano Richard, amenizaron infinitamente las tardes de infancia en la que la música adornaba los trágicos días de una madre soltera.
El otro día estaba pensando por qué "Frente a frente" ahora covereada por Enrique Bunbury, era una canción que me diera tanto miedo... Le eché la culpa a la voz de la cantante inglesa, Jeannette... Una mezcla rara entre una voz de niña, con la letra de una canción por de más trágica, fatídica... la más triste de las canciones.
Después argumentando el temor a escucharla, llegué a una conclusión... Esas canciones me recuerdan el sufrimiento de mi madre por verse sola, lejos de él...
Poco entiendo del inmenso amor que le tenía, le tuvo...ignoro si lo sigue teniendo, pero lo que sí comprendo en su totalidad es lo que dejó en mí, además de esos tristes recuerdos, la gran adicción por acompañar mis momentos con música...siempre la música.
Si canto a Paloma San Basilio, Roberto Carlos, The Carpenters, Mocedades o algo más... no es por otra cosa que por haber sido el soundtrack de mi niñez, esa que estuvo pintada de madurez extrema por ser el soporte de la persona que más amo en este universo.
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