viernes, 20 de julio de 2012

Me gusta lo que escribes

Había calificado a esta semana como el cúmulo de intentos, algunos fallidos, por despegarme de todo esto. No entendía o no encontraba la razón de por qué me estaba obsesionando con salir de aquí. Sonrío, sí, todo el tiempo, no me cuesta y me gusta mucho.
Justo el momento en el que te comienzas a sentir mejor porque no le extrañas, es cuando regresa y te das cuenta lo mucho que te falta.

" De regreso a la oficina, pasó a la máquina de galletas y compró unas de chocolate. Tenía antojo de algo dulce para alegrar su mañana. Su compañera no estaba, había salido de vacaciones. Frente al computador, sin previo aviso, llegó lo que tanto había esperado. Un mes, exactamente un mes atrás, él había desaparecido. No sabía dónde estaba, sí dónde vive, sí su número de teléfono, si el nombre de su familia, pero no podía mover ni un dedo para buscarlo... estaba atrapada. Un correo electrónico, perdido en la multitud de los que había permitido quedarse por hastío más que por descuido. Uno entre mil. Su respuesta llegó, sin embargo no decía mucho o poco es lo que ella quería entender. El paquete de galletas quedó a un lado, mientras leía esas líneas confusas. Las lágrimas comenzaron a desbordarse sin control. Qué mejor momento, a solas, para ahogarse en llanto... Existía un nudo en su garganta que había reprimido por tanto, ni siquiera ella sabía de su presencia hasta que lo dejó existir esta tarde....Todo el malestar, el congojo, el dolor, la tragedia que sentía por dentro y la incertidumbre cargada durante semanas se estaban deshaciendo de peso en unos minutos... Tenía muchas razones para odiarlo, insultarlo, esperar el día de su muerte para liberarse. Tenía toda la fuerza del Universo para no guardarle ni una pizca de consideración, pero no podía. No quería.
Con sus manos temblando, tomó un bolígrafo y pretendía dibujar círculos en una hoja en blanco. No pasaba nada por su mente más que la ridícula certeza de que los dos estaban sufriendo. Esperar, podría seguir esperando un tiempo más, pero ¿para qué?...Podría aguantar, ponerse de pie nuevamente y esperar a su regreso...Pero habiendo llegado éste, él se iba a tener que ir de nuevo.
Se decía hombre en decadencia por el dolor provocado en ella. Yo en cambio no sé qué era lo que en verdad sentía, o si podía creerle.
Necesitaba mentes sanas, poco enfermas de este gran mal llamado amor, recurrió a su amiga y ésta solo calló. Sentí morir. Esperaba otra respuesta que me liberara al drama de un par de semanas, para luego recordarlo como lo más maravilloso que he tenido, el cielo más alto que he tocado... La sonrisa más bella que he besado, el cuerpo ...el cuerpo que más me ha adorado..."

No hay comentarios: