Podría todo terminar d una manera en la que, en esas situaciones, ambas partes se digan la verdad. Ojalá todo lo que reinara en esa conversación, fuera la SINCERIDAD...
Eso nos ahorraría incredulidad futura, falta de fé...e incluso paranoia. Siempre hablar con la verad, siempre.
Sin embargo, nos encontramos con otro factor importantísimo, las n vueltas que se le da al asunto, una vez hablado y supuestamente comprendido.
¿Será verdad?
¿Le creeré?
¿Y si lo dijo así, pero en verdad se trata de esto?
Y es entonces cuando surgen las famosas "chaquetas mentales", tratando de saberlo todo, o simplemente tener claras las cartas para, supongo, terminar de entender...Pero es todo lo contrario, no entiendes nada, terminas por confundirte mucho más, te vuelves el peor juez y los fantasmas en tu mente te hacen preguntas a las que esa persona no puede responder si no tu propia psicosis, es entonces cuando todo lo q te ha dicho suena a basura, y nada satisface tu maldita ansiedad, tu desconfianza...
No hay comentarios:
Publicar un comentario